Llegabas de donde fuera y te tenías que limpiar las manos.¿Os habéis fijado que los lavabos actuales, se ponen en los aseos de las casas a más altura?.Nuestra generaíón era más bajita y nos habían preparado las cosas para ello.
Bueno, al grano.Llegabas a casa de donde fuera y , al baño...
La opción era sencilla.Cogías la pastilla , apoyada directamente sobre un arejilla de metal o en su defecto sobre el propio lavabo.La tomabas,( milagro que se te no resbalara...).Empezabas a frotar.Era un dispensador muy sencillo.
Después de dos meses de uso, la pieza rectangular había desparaceido por completo.Ya no tenías aristas en tu jabón.La figura era otra: un supositorio gigante.Cuando se iba acabando, se fracturaba y cogías cada trocito y lo aprovechabas hasta que, milagrosamente, desparecía entre tus manos.
La fragancia que despedían aquellos jabones si que ha mejorado.Eso sí.
LAGARTO, QUE ERES UN LAGARTO.Fernando.
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