A no ser que vinieras del "corredor de la muerte" para hacer el examen final.Allá por Mayo.
Entrar al salón de actos era sinónimo de acceso a algo de cultura.Teatro, proyección o charla.
Lo primero era lo más hermoso.Tus compañeros ahí arriba siendo actores.
Lo segundo, con voces de fondo y silencios.(Aún recuerdo la escena de aquella peli en la que el pastor haciá "migas" con una burra...).
Las conferencias fueron otro de sus usos.El sida empezaba y algo de ello también cayó.
Pero si entrabas por lo del examen...Asucedía que algunos cogían la "Tablilla"de madera y se la llevaban a casa.La lijaban y la niquelaban con un pedazo de chuletón a la piedra.Se la ponían encima de los reposabrazos y a probaban suerte.
La doble función de la maderita no estaba contemplada en el reglamento asi que si te pillaban...a septiembre.
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