Tuvo que pasar otro año para que descubriéramos una de las novelas más apasionantes de las que leímos en ese tiempo.
Las opciones de compra en el Puerto eran pocas.
Me explico:
Libreria Gil.Decidme, donde habéis vuelto a oler a estanteria de madera con cientos de libros.¿Donde ese olor inconfundible?.A veces valía la pena entrar sólo por embadurnar tu sentido de ese aroma a cultura.(Frente a la Alameda, aún coleando...).
Libreria Studio.Estaba sita al lado de correos.Correos antiguo claro.Entre Roda y Quiñonero.
De niño ibas allí a comprar los sellos, las monedas, luego los Rotrings (¡¡Que invento¡¡)...
Cuanto hubera deseado entrar a la trastienda e impregnarme de aquella fragancia a papel antiguo, a libro usado, a ese desorden de referencias.A ese caos de papel guarro, a puntas de estilográfica usada.Emblemática.
Y es que,los recuerdos más dífiles de recuperar;dicen,son los relacionaos con "EL PERFUME" de las cosas.Ya pueden pasar los años que estos no se olvidan.
Fernando.
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