Nuestro periplo por los asientos de madera, incómodos como ellos sólos, no ha terminado.A pesar de que ahora son más cómodos.Ni nuestro recorrido por los olores a trabajos varios que se desprendían desde aquellos cuerpos.Ni el agarrarse a las correitas de cuero que también aquí cuelgan de la barra del techo.Por los pueblos o por la A-7.La misma simpatía que los conducotres que me subían al Insti.Con el fuelle ese negro que partía el bus en dos.Al la mala combustión.Paradas, más paradas.Voy a matricularme.Se acabó el Wichitero.Voy "pa" VALENCIA.
La vuelta la haré a dedo en "El caballo", junto a Mestalla.
Fernando
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