Instalamos nuestras tiendas en un "ribazo" justo arrriba de las aguas termales.
Para ir a comprar el pan al pueblo nos pegábamos una caminata de órdago ( ruta del colesterol le llaman ahora).
A por agua , teníamos que ir a una fuente a dos Km. de distancia.
Lo malo de todo era colgarte la cantimplora en el cinturón.Acababas todo mojado y con los pantalones por el suelo, cuando no lleno de moraduras por la maldita chapa de metal que la rodeaba...
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