Éramos poesía, grito de libertad, reccionarios, rebeldes, solidarios,inconformistas,creativos,pero sobre todo, (más) jóvenes.Llenábamos , como ya se ha comentado , espacios libres en verdaderas odas de amor y paz, de simbología y de utopás varias.
Una pared en blanco era como un mar de láminas a encuadrar, como un desierto que pintar a letras, como un cielo al que había que cubrir de azul.
Y ante tales arrebatos, recorríamos las paredes de los edificios y los adornábamos con carácter reivindicativo unas y poético otras.
Detrás de nuestras pintadas ( consentidas, consensuadas y libres) se encontraba también el lugar de los sueños: el teatro.El del Instituto.
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Grita conmigo: ¡¡ libertdad ¡¡
Eh, eh...para, paraaaaaaa... no te vengas arriba "máquina", no infles los pulmones de aire y y suspires...no es para tanto, que va a entrar tu hija y va a creer que estás medio chiflad@...
Utopías.
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