Eran unos azulejos a modo de trencadís que de alguna manera adornaban nuestro Centro de "Trabajo".
La verdad es que el Insitututo tenía una arquitectura peculiar en todo caso.
Salientes, entrantes, recodos,aristas y poco de inimalismo.
Era bastante funcional, pero realmente, se quedó pequeño para acoger a toda la generación del "Baby boom", la nuestra.
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